Los productores agrarios del valle Jequetepeque y de otras zonas del país tienen su propio calvario: la baja de precios de sus cosechas (principalmente arroz y maíz, salvo excepciones) que a duras penas compensa costos de producción, cuando no, pérdidas y los consiguientes efectos: endeudamiento y/o remate de sus predios agrícolas. Si bien estos cultivos cuentan con tecnología, calidad de semillas, control fitosanitario y de productividad, hay aspectos no abordados como es la planificación sustentada en análisis de costos y tendencias, mercados (nacional y externo) y comercialización. Sin embargo la mayor debilidad es la desorganización de los productores agrarios, quienes son presa fácil de un mercado esquivo (comerciantes), determinante en los precios de venta.
Juan Dávila Z., Presidente de la Cámara de Comercio Chepén sugiere ante la falta de planificación, que sea la Junta de Usuarios quien mediante una Unidad Técnica, sistematice la información en cuanto a precios y mercados. No obstante queda la interrogante de ¿Quién organiza a los productores agrarios?, ¿Qué organismo -público o privado- se encargaría de promover y asesorar para que los productores se organicen, a partir de sus propios intereses y necesidades? Al igual que lo técnico-productivo y lo económico-financiero, la formación y consolidación de una organización gremial exige un trabajo profesional, pues no solo se trata de convocar, formar un consejo directivo, juramentarlo y luego, a ver que sucede, para después de uno o dos años, repetir el mismo ciclo.
En las actuales condiciones de crisis económica, social y de valores que afecta al país, se necesita organizaciones de nuevo tipo, cuya gestión se respalde en profesionales que aporten a una gestión y conducción gremial moderna, además de los profesionales especializados en lo técnico-productivo y empresarial. Recordemos que la debilidad, fragilidad o ausencia de lo gremios se explica por el desconocimiento sobre cómo gestionar o conducir con éxito una organización y la falta de una cultura organizacional, que podría superarse mediante programas educativos para el fortalecimiento de organizaciones y liderazgos.
La organización de un nuevo gremio de productores agrarios (llámese Asociación o Comité de productores), debe priorizar el trabajo en dos líneas bien definidas:
a) El diseño de una estructura orgánica, de manera creativa e innovadora en el marco de la ley, que considere unidades técnicas de planeamiento estratégico, gestión empresarial, asesoría técnico productiva, de comercialización, de capacitación empresarial, de desarrollo de una cultura organizacional, de servicios al productor (adquisición de insumos agrícolas, de comercialización, créditos, etc.),
b) Un programa educativo en cultura organizacional y liderazgo. Se necesita dirigentes y asociados que sepan cómo conducir una asamblea, cumplir acuerdos, redactar documentos; realizar gestiones, elaborar y gestionar proyectos, comunicar e informar con transparencia la gestión gremial, estimular y fortalecer los mecanismo de participación interna y de concertación interinstitucional; manejar adecuadamente las relaciones humanas al interno y externo de la organización, aprender a solucionar conflictos, trabajar en equipo, entre otros, necesarios para un trabajo eficiente dentro de la organización y de ésta hacia su entorno inmediato.
Contar con un gremio representativo, organizado y fortalecido, permitirá a los productores agrarios tener su propios órganos técnicos que se encarguen del planeamiento estratégico, de capacitación y asesoría técnico-productiva, de comercialización, de promoción de una cultura organizacional, entre otras. Se trata de construir un gremio de y para los productores agrarios. Pero ¿Quién lo hace?, ¿Cuándo hacerlo? Esa y otras interrogantes deben estar en la agenda inmediata de los productores agrarios y sus potenciales líderes. Es el único camino para terminar con las angustias, inseguridades y lamentos, y encaminarse hacia su propio desarrollo económico, social y cultural. (Nicanor Becerra Castañeda)
Juan Dávila Z., Presidente de la Cámara de Comercio Chepén sugiere ante la falta de planificación, que sea la Junta de Usuarios quien mediante una Unidad Técnica, sistematice la información en cuanto a precios y mercados. No obstante queda la interrogante de ¿Quién organiza a los productores agrarios?, ¿Qué organismo -público o privado- se encargaría de promover y asesorar para que los productores se organicen, a partir de sus propios intereses y necesidades? Al igual que lo técnico-productivo y lo económico-financiero, la formación y consolidación de una organización gremial exige un trabajo profesional, pues no solo se trata de convocar, formar un consejo directivo, juramentarlo y luego, a ver que sucede, para después de uno o dos años, repetir el mismo ciclo.
En las actuales condiciones de crisis económica, social y de valores que afecta al país, se necesita organizaciones de nuevo tipo, cuya gestión se respalde en profesionales que aporten a una gestión y conducción gremial moderna, además de los profesionales especializados en lo técnico-productivo y empresarial. Recordemos que la debilidad, fragilidad o ausencia de lo gremios se explica por el desconocimiento sobre cómo gestionar o conducir con éxito una organización y la falta de una cultura organizacional, que podría superarse mediante programas educativos para el fortalecimiento de organizaciones y liderazgos.
La organización de un nuevo gremio de productores agrarios (llámese Asociación o Comité de productores), debe priorizar el trabajo en dos líneas bien definidas:
a) El diseño de una estructura orgánica, de manera creativa e innovadora en el marco de la ley, que considere unidades técnicas de planeamiento estratégico, gestión empresarial, asesoría técnico productiva, de comercialización, de capacitación empresarial, de desarrollo de una cultura organizacional, de servicios al productor (adquisición de insumos agrícolas, de comercialización, créditos, etc.),
b) Un programa educativo en cultura organizacional y liderazgo. Se necesita dirigentes y asociados que sepan cómo conducir una asamblea, cumplir acuerdos, redactar documentos; realizar gestiones, elaborar y gestionar proyectos, comunicar e informar con transparencia la gestión gremial, estimular y fortalecer los mecanismo de participación interna y de concertación interinstitucional; manejar adecuadamente las relaciones humanas al interno y externo de la organización, aprender a solucionar conflictos, trabajar en equipo, entre otros, necesarios para un trabajo eficiente dentro de la organización y de ésta hacia su entorno inmediato.
Contar con un gremio representativo, organizado y fortalecido, permitirá a los productores agrarios tener su propios órganos técnicos que se encarguen del planeamiento estratégico, de capacitación y asesoría técnico-productiva, de comercialización, de promoción de una cultura organizacional, entre otras. Se trata de construir un gremio de y para los productores agrarios. Pero ¿Quién lo hace?, ¿Cuándo hacerlo? Esa y otras interrogantes deben estar en la agenda inmediata de los productores agrarios y sus potenciales líderes. Es el único camino para terminar con las angustias, inseguridades y lamentos, y encaminarse hacia su propio desarrollo económico, social y cultural. (Nicanor Becerra Castañeda)